
Terapia para el Estrés y la Autoexigencia
Aprendé a poner límites, soltar la presión constante y recuperar un equilibrio más sano en tu vida personal y profesional.
El estrés y la autoexigencia suelen ir de la mano. Buscar la perfección en todo puede motivarnos a crecer, pero cuando se lleva al extremo termina afectando la salud mental, física y emocional. La terapia psicológica te ayuda a reconocer esos patrones, reducir la tensión y construir una relación más compasiva con vos mismo.
¿Cómo puedo identificar si tengo una autoexigencia elevada?
Es importante distinguir entre el perfeccionismo sano, que impulsa a una persona hacia la excelencia de una manera motivadora y adaptativa, y el perfeccionismo mal adaptativo, que puede ser paralizante y estar asociado con una variedad de problemas psicológicos, incluyendo ansiedad, depresión y trastornos de la alimentación. La terapia cognitivo-conductual y otras formas de terapia pueden ser muy efectivas para ayudar a las personas a manejar y reducir los aspectos negativos del perfeccionismo. Síntomas de autoexigencia elevada son:
Desconocer tus propios límites
Imponerse metas muy altas sin medir capacidades reales.
Convertir retos en obligaciones
Lo que debería ser un desafío se convierte en una obligación que debes cumplir a toda costa.
Rígida autodisciplina
Cumplir con todo a costa de la salud y el bienestar..
Excesiva autocrítica
Juzgarte con dureza por cada error o imperfección.
Dificultad para delegar tareas
Prefieres hacerlo todo tú mismo por miedo a que otros no cumplan con tus estándares.
Necesidad de reconocimiento
Depender del aplauso externo para sentir autoestima.
Pensamiento dicotómico
Ves las cosas en términos de blanco o negro, sin términos medios; algo está bien o mal, sin puntos intermedios.
Baja tolerancia a la frustración
Sentirte devastado cuando algo no sale como planeabas.
Insatisfacción constante
Nunca sentirte suficiente.
Procrastinación
Postergar tareas por miedo a no hacerlas perfectas.
Consecuencias del Estrés y la Autoexigencia
Autoestima frágil y dependiente de resultados.
Rumiación constante sobre errores o fallos.
Síntomas de ansiedad, depresión y agotamiento emocional.
Estrés crónico con impacto físico (migrañas, tensión muscular, problemas digestivos).
Dificultades en las relaciones sociales (aislamiento, irritabilidad, incapacidad de decir “no”).
Procrastinación ligada al miedo al fracaso.
Sensación permanente de vacío o de no estar a la altura.
¿Cómo puede ayudarte la terapia?
En el proceso terapéutico trabajamos para:
Identificar y flexibilizar tus patrones de autoexigencia.
Desarrollar recursos para manejar el estrés sin caer en la sobrecarga.
Aprender a ponerte metas realistas y alcanzables.
Mejorar tu autocompasión y tu relación contigo mismo.
Fortalecer la autoestima desde un lugar más estable y auténtico.
Recuperar energía y motivación, reduciendo síntomas de agotamiento.
Utilizo un enfoque integrador con Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), mindfulness, psicoeducación y estrategias de regulación emocional, siempre adaptadas a tu historia y necesidades.frágil y fluctuante, dependiendo de los resultados obtenidos
Beneficios de trabajar la autoexigencia en terapia
Más calma mental y emocional.
Mayor confianza y seguridad personal.
Mejor manejo de la frustración y la crítica.
Relaciones más sanas y equilibradas.
Reducción del estrés y recuperación de energía.
Prevención de problemas asociados como ansiedad, depresión y burnout.